Los supuestos sicarios fueron asesinados por pobladores luego de ser recuperados tras ser capturados por la PNC en Sacapulas, Quiché.
El hartazgo está colmando la paciencia de los guatemaltecos. La falta de acción de las autoridades, casi en todos los campos de la vida social, política y económica, genera desesperación en los pobladores y los está llevando a límites poco vistos con anterioridad.
La noche de este sábado, dos jóvenes señalados de asesinar a una mujer, fueron arrebatados del control de agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y, luego de ser rociados con gasolina, una turba de pobladores les prendió fuego hasta que murieron quemados,
La historia comenzó cuando María Marcela Lux, de 47 años, y vendedora de ropa en la aldea Sacapulas, fue atacada a balazos, falleciendo a su ingreso al hospital del departamento de Quiché. Los atacantes escaparon en una motocicleta, pero fueron interceptados por agentes policiales, quienes se disponían a ponerlos a la orden del juzgado jurisdiccional. Sin embargo, antes de que eso sucediera, una turba integrada por cientos de pobladores los sacó de la radiopatrulla y cobró venganza por mano propia.
Los dos señalados del asesinato de Lux fueron golpeados y luego quemados vivos. A esos niveles está llegando la desesperación de la población que, sin respuesta de las autoridades a sus demandas, se está saliendo del control.
Este tipo de situaciones hacen pensar que situaciones similares podrían suceder en el panorama político, si las autoridades judiciales y del Ministerio Público continúan ejecutando acciones ilegales enmarcadas dentro del proceso electoral, ya finalizado formalmente pero que en términos legales debe finalizar hasta el 31 de octubre.